Incapaz de soltar los sueños
Matemática en el piso azul por la mañana:
Los demás están agachados sobre sus mini-pizarrones con cabezas contando números con la ayuda de los dedos de las manos, de los pies. Pero él,
tiene la mirada fija en un sitio que no veo. Sus brazos se mueven
en formación de un nadador principiante. Lo miro, sonrío, pregunto:
¿Selvin, estas nadando?
Le saco de su mundo acuático y su timidez asustada de estar descubierto, le impide contestar. Pero sonríe levantando sus cejas y los hombros.
Le pregunto: ¿Con quien estabas nadando?
Nadie, me dice.
¿Con tiburones?
No.
¿Con ballenas?
No.
¿Con mojarras?
No.
Se mueve para ponerse a trabajar; entonces lanzo mi última pregunta:
¿Con tortugas?
No.
Silencio.
Con los delfines, me dice antes de copiar la primera suma.
Un dictado en los bancos por la tarde:
Tres alumnos dictan tres frases para los demás.
La primera, la dicta Beverly: Amo a mi hermana.
La segunda, la dicta Saida: El palo es mío.
La tercera, la dicta Selvin: El delfín saltó lejos.
Antes de entregarlo, les pongo a escribir una frase sobre lo que hicieron el fin de semana. Escriben frases sobre cortar leña, jugar con carritos, jugar ticos, hablar con los tíos. Selvin escribe: Este fin de semana soñé con los delfines.
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