¡oh, señor! dadme la fuerza y el coraje de contemplar sin asco mi cuerpo y mi corazón.
-baudelaire
pensé que hoy, mi destino era subir el volcán. pero no. no había más gente con quien subir. entonces me quedo en las tierras bajas, y si me animo, caminaré por el lago. caminaré.
tal vez mi destino fue soñar con dar luz a un bebe en el bosque. estuve sola con la criatura antes de llegar otras personas que no sorprendieron por el acontecimiento. en un momento estaba cargando el bebé en mis brazos, observando su cara roja y arrugada cuando me entró un miedo de desconfianza...¿que estoy haciendo? ¿lo estoy haciendo bien? ¿así lo debo estar cargando? ¿quién me enseñará como envolverlo en el rebozo? al llegar las señoras se le pasé mi bebé para poder ir al baño. al volver a mis bolsas, tuve otro asusto...¿donde esta mi bebe? solamente pasaron algunos segundos hasta que me giré para verlo en los brazos de otra, pero fue la profundidad del asusto que me marcó y mi reveló otra vez mi inseguridad de poder hacer las cosas bien y con atención minuciosa.
es que a veces no veo bien. todo queda borroso, como si estuviera viendo todo los pigmentos de una imagen que no me deja ver el total del imagen. y no sé acercarme o distanciarme para poder ver mejor, para saber donde camino y como llegar.
y a veces no me importa la vista, pero no sentir en mis interiores ese cable estremecido entre dos montañas que no para de vibrar. es no es exactamente una vibración. y no es el café.
y me pregunto si me preocupo demasiado su presencia y la manera de deshacerme de ella en lugar de aprender de ella. ¿y es algo que se puede quitar o es parte de mi construcción como un lunar o un psicosis?
hoy caminaré hasta que me canse, fumaré hasta que me maree. y si no, me quedo en mi cascarón.
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