viernes, 12 de octubre de 2007

somos cuatro puntos. los puntos originales de mi cosmos. escribir sobre la familia es un poco trivial, como las tablas del uno. analizar la familia es casi un cliché. son asuntos de la sofá del psicólogo. son cargos de la niñez que a los 32 años, al recibir las noticias de mi hermano, siento pesar otra vez. no es algo nuevo para el mundo, casi es otro cliché de la historia. ha pasado antes y es algo normal en mi familia que los hombres salen por meses a la vez hacer servicios para su país. crecí con mi papa andando en los mares soviéticos. en aquel entonces éramos tres puntos juntos y un punto lejos. pero con el tiempo, somos cuatro puntos seperados, pero eso también es normal. eso se llama la desintegración de la familia núclear.

hoy no veo caras. veo un mapa del mundo, un globo, y cuatro puntos distintos, ardiendo, pulsando. en esa familia, la separación y el movimiento son temas repetidos que aburriría a cualquier lector, entonces, no es sorprendente, asombroso, nada revolucionario ver los puntos en casi cuatro países diferentes. pero hoy, sí siento la distancia, la quiebra de algo que quebró hace veinte años.


hoy me encuentro en un pueblo hecho por los alemanes, para cultivar el café, en las montañas nublosas de guatemala, llorando por algo que realmente nunca existía. por un rato, me tumbaba en la cama con el propósito de llorar. ¿y por que no? pero no me salió. traté de encontrar un pensamiento para complementar, pero no encontré ningún hilo para seguir en mi mente blanco.


después de esa escena ridícula me salí a hacer compras para los niños y para mi proyecto de coser y me encontré en otra escena, pero esa vez de películas: era la mujer solitaria caminando en las calles caóticas llorando con las lágrimas mezcladas con la lluvia. una mujer ocupándose con los quehaceres para no encismarse en la psicología de su familia que es como un charco sucio que nunca se seca y que sigue salpicandola en los momentos más inapropiados. sus lágrimas son hechas de las salpicas de ese charco terco.


y de repente me doy cuenta que estoy hablando de mi misma en tercer persona y me pregunto: ¿hay emociones que no se parecen cursis por ser clichés por ser sobre-proyectado a cuadros, a papel fotográfico, a la pantalla? los yanomami de la amazona suelen hacer proclamaciones a toda la comunidad cuando se reputa una emoción sea de ira o alegría, sea la mañana, la tarde o la noche. viven en un gran circulo sin ningún sentido de privacidad. las únicas acciones que hacen lejos de los demás es la copulación y la defecación. son emociones recién brotadas no manipuladas para ser representadas en buena forma.

y aquí estoy terminando mi cerveza y ¿quien esta cantando por el radio? nadie menos que kenny rogers recién comprado por 5Q de la chica de once años por la barrista de quince años. cuando era de su edad solamente podía escuchar a la música clásica, cristiana, o la de kenny rogers. y aquí termino el gran circulo de mi día y todavía me quedo preguntando a quien me escuche: ¿como desahogarme de la tensión en mis hombros, en mi espalda? ¿de donde viene esa energía que me hace sentir como un cable chispeante?

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